Tina Turner. ¡Qué señora! En el plano musical es mi negra favorita, entendiendo que «negra» engloba a la música negra. No sé qué tienen en sus venas, en su caja torácica, en sus cuerdas vocales que son sublimes para la música. Llevan el ritmo y la pasión en la sangre.
Nadie diría al verla sobre el escenario con su fuerza y su sonrisa, con esa voz y esos ojos llenos de vida lo que esconde en su camino vital. No es un camino de rosas precisamente.
Desde que tengo uso de razón conozco la existencia de esta mujer, su música ha sonado durante toda mi existencia y siempre me ha parecido que tiene algo especial. Pero cuando era niña ví una película sobre su vida y entonces la miré y la escuché desde otra perspectiva con un respeto que va más allá del musical.
Tina se llama Anna y nació en Tennessee (Estados Unidos) el año que en España terminaba la Guerra Civil. Fíjense, casi un siglo y su energía enciende masas de gente. Su carrera musical empieza a dar sus frutos junto a su marido Ike, formando el dúo Ike & Tina Turner Revue en los ’50. Fueron muy famosos durante dos décadas por sus conocidos arreglos musicales de grandes canciones como Proud Mary y por sus actuaciones consideradas incluso obscenas para la época. ¿Imaginan cómo se conocieron? Ike tenía una banda con Chuck Berry y Tina era una admiradora. De este modo Anna se convirtió en Little Ann. Tina estaba gestándose…
Pero a lo largo de su unión, primero profesional y con el tiempo marital, mezclaron el éxito con las sombras. Durante sus dos décadas juntos vivieron un gran éxito profesional ante los focos y grandes sombras disfrazadas de abusos domésticos entre bambalinas hasta que a finales de los ’70 la decadencia de la pareja se había convertido en el camino al abismo. Tina acabó pidiendo el divorcio tras 14 años de matrimonio quedándose con los dos hijos de su marido (frutos de una relación anterior de él). Y es aquí donde nace y sale al mundo Tina Turner.
Tina llegó a entrar en libro Guinness de los Récords por ser la única artista a fecha de 1.988 en actuar en un concierto de pago frente a la mayor audiencia (aproximadamente 184.000 personas) para ver a un artista en solitario en el estadio Maracaná en Río de Janeiro.
Pero Tina también dejó su pequeña huella en el cine. ¿Alguien no la recuerda en Mad Max junto a Mel Gibson? Estética ochentera futurista total… (me encanta)
Pero sus logros no acaban ahí. Fue nombrada por la revista «Rolling Stone» como «una de las más grandes intérpretes de todos los tiempos», posicionándose en el puesto número 17, superando a Michael Jackson. Más de 200 millones de discos vendidos (cuando aún se vendían discos). Hace poco, en 2008 abandonó su retiro para recorrer el mundo con su gira Tina!: 50th Anniversary Tour, que terminó en 2009. El tour se convirtió en uno de los más rentables de la historia del espectáculo.
Aquí les dejo unos excitantes minutos musicales:
Y, como no, esta versión ya en solitario y sin Ike del «Proud Mary» que ella borda y eleva más allá que nadie:
Y, con Rod Stewart:
Podría continuar… pero no me llegaría la pantalla. Ella es la reina indiscutible de su género. No he querido más que darle un pequeño rinconcito a esta enorme señora de la historia de la música que por suerte es nuestra contemporánea. Y para suerte de unos pocos, la han podido disfrutar en vivísimo directo, bienaventurados ellos.